CON PISTOLA

 

Santiago Abascal se sintió obligado a llevar pistola porque él y su familia estaban amenazados de muerte por ETA. Me parece un sentimiento respetable; pero de ahí a legalizar la venta de armas existe un trecho que no se debería recorrer, por más que siempre podemos imaginar alguna situación extrema que justifique una defensa armada.

Se deja llevar por un mecanismo de proyección (atribuir a los demás rasgos propios) y generaliza indebidamente.

Existe demasiada violencia en nuestra sociedad, en las calles y en los hogares y si dejáramos que se canalice a través de los 9mm Parabellum crecería considerablemente el número de víctimas mortales.

Nuestra “cuota armamentística”está cubierta con aquellas que se permiten para la caza y las que se autorizan con licencia especial.

Un poco de reflexión, Sr. Abascal, en sus fogosas propuestas electorales.

 

 

 

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