EL ÁNIMO REGIO

                                  

No estará siendo fácil para el rey Juan Carlos asumir y asimilar lo que le está ocurriendo. Lo atormentará el recuerdo de nefastos acontecimientos de la segunda década del segundo milenio.

Ofrecido como víctima propiciatoria por su propio hijo como argumento último para salvar la monarquía; sacrificado por una veleidosa puta con la que disfrutó de indeseables placeres; usado para chantajear por el policía más corrupto de la historia; dolido porque ve pocas muestras públicas de comprensión o apoyo, viendo como muchos pasan del “juancarlismo” al “muerte al Borbón”.

Sentirá una profunda rabia al ver que ha dado munición a políticos carroñeros que disparan contra él y la Institución. Debe estar perplejo porque nuca pensó que los regalos árabes le causarían tantos problemas y arrepentido de la estupidez fiscal que cometió ocultando y blanqueando.

La frustración y la agresividad lo llevan a alejarse de España lo más posible, a nuestras antípodas, a 20.000.Km.