¡ORDER!

 

Todo el que haya seguido las discusiones sobre el Brexit en el Parlamento británico recordará que era la palabra favorita del presidente de la Cámara, del speaker. No hay sesión en la que no se vea obligado a pronunciarla, a berrearla. Sería un magnífico pastor de ovejas y podría controlarlas sin ayuda de perros.

La verdad es que le toca bregar con un ganado difícil porque los diputados han mostrado al mundo su desconcierto, sus contradicciones y su inconsistencia (cuando por aquí la democracia era sólo un sueño nos parecían modélicos, los envidiábamos).

La fiesta no ha terminado, vendrán más días de gloria. La pobre Theresa May tira la toalla y se va desconsolada.

La Cámara de los Comunes seguirá agitada y su presidente chillando :¡order! También deberían de poner orden en sus ideas.

 

 

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