SIGUEN VIVOS

 

Hay acontecimientos que te hacen revisar convicciones profundas y puede que, con el paso del tiempo, te las modifiquen.

Un ejemplo-desgraciadamente frecuente- es el de quienes cometen asesinatos múltiples y preguntarnos cuál debe ser su destino, cómo deben ser tratados.

Ahí tenemos a dos neonazis que se felicitan entre sí y se jactan de sus “hazañas”: el noruego masacró a jóvenes socialistas y el australiano lo ha hecho con islamistas que rezaban.

¿De verdad deben seguir vivos estos monstruos no humanos o muchos años en la cárcel a costa de los impuestos públicos, incluidos los de sus víctimas?

Tal vez fuera más justo, desde cualquier punto de vista, hacer que desaparezcan. Seguro que nadie los echaba de menos y una sociedad es más sana y tranquila sin estos individuos.

 

 

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