Entendida como institución oficial, no como comunidad de creyentes .Parece que la elección del nuevo Papa los ha cogido con el paso cambiado. Dos ejemplos: – El presidente de la Conferencia, Rouco, gozoso convocante de manifestaciones contra políticas de gobiernos democráticos o leyes aprobadas por el Congreso. El Papa los quiere en la calle pero defendiendo la justicia social. – El melifluo portavoz, Martínez Camino, que se muestra obsesivo con la sexualidad. El Papa no se atreve ni a condenar la homosexualidad y pide una actitud más comprensiva con estos temas.
¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Veremos cambios?