Algunos científicos contemplan la posibilidad de prolongar la vida hasta los 150 años frenando el envejecimiento celular. Ya se experimenta con ratones.
¡Si Malthus levantara la cabeza! Preguntaría si se pueden generar recursos para atender a la población resultante. Los “20 años no es nada” del tango se quedarían cortos, sería difícil vivir con tanto recuerdo acumulado y, lo peor de todo, cuando estuviéramos llegando al límite Artur Mas seguiría allí, imperturbable y estomagante, dándonos la matraca.
Ante ese panorama yo creo que sería preferible centrar las investigaciones en prevenir o curar las enfermedades cardiovasculares o cerebrales que tanto dolor y muerte causan.

Muchos han sido los pecados cometidos – especialmente la corrupción sobre un fondo de crisis- pero dudo que les corresponda una penitencia tan severa, que merezcamos este sorprendente espectáculo sobrevenido tras el 24M: una concejala alicantina lesbiana y animalista que quiere lanzar bombas; el jocoso Kichi gobernando Cádiz; proetarras mandando sobre la policía en Navarra; una jefa de gabinete de la activista alcaldesa Colau que no necesita urinarios públicos; en Madrid, un concejal que insulta despiadadamente, una portavoz que profana capillas y una alcaldesa experta en autocorregirse. Por encima de todos la casta de Podemos pastoreando a los disconformes e indignados.
Si estos son los que nos van a redimir, apañados estamos.
Que Agosto nos sea propicio, pese al calor.

En los tiempos que corren es difícil mantener una conversación confidencial en secreto. Ya no está uno seguro ni en el confesionario.
El payasete simpático que gobierna Cantabria hace pública su conversación con el Rey sobre un tema tan sensible como la deriva catalana.
El insolente Varufakis- que grababa en secreto las reuniones del Eurogrupo- señala las contradicciones del ministro español según hable en privado o a los medios de comunicación.
El incontinente Juncker, Presidente de la Comisión, nos cuenta que Rajoy era reacio a la solución griega por intereses electorales.
Esto parece la comidilla propia de un gigantesco patio de vecinos lleno de personajes que se “filtran encima”.