Políticamente ha sido un año negativo, decepcionante- para unos más que para otros- y manifiestamente mejorable. La desaparición del bipartidismo iba a enriquecer la vida política pero ha venido a complicarla, ha creado campos de batalla entre los partidos y en su interior, ha provocado un vacío de gobierno durante un año que la sociedad ha superado de un modo admirable.
IU ha desaparecido por culpa de un ambicioso traidor.
El “Podemismo” hipercrítico vive los problemas propios de cualquier partido donde un sector quiere imponerse a otro.
El PSOE está más dividido que nunca por un arribista que no sabe medir el tiempo ni el espacio.
El PP goza de la aparente unidad que proporciona el poder, pese a la espantada del líder meñique.
El nervio más canalla que alojamos en nuestro cuerpo. Cuando te ves ligeramente pinzado como consecuencia de dos hernias discales- L4-L5 y L5-S1-reaccionas con furia irradiando dolor desde el glúteo hasta el tobillo.
Maldito seas desde tu origen en la cía hasta el peroneo que es la zona más afectada. Ni traumatólogos ni fisioterapeutas pueden contigo, eres persistente durante largas temporadas. Te ataco con ibuprofeno o diclofenaco y apenas te hace efecto; la dexametasona sí te deja K.O pero no se puede abusar de ella. Te baño en la piscina, te abrigo con almohadilla eléctrica, pero tú insistes en hacer daño.
A ver si así, denunciándote en público, te avergüenzas un poco, te relajas y te olvidas de mí. ¡Ríndete cobarde! Menudo regalo de Navidad sería.
Hay instituciones que no se libran de una imagen negativa. El Fondo Monetario Internacional es una de ellas. Siempre le toca hacer de poli malo en la película; examinan las cuentas de un país buscando sólo que cuadren, ignorando las repercusiones sociales o políticas de sus exigencias. Lo suyo es pintura de brocha gorda y luego cada gobierno saca sus pinceles finos y pinta como puede.
Para España pide que se suban impuestos, especialmente el IVA en el sector de restauración (se resentiría el turismo), disminuir gastos en educación y sanidad (raya en la crueldad sabiendo los recortes realizados) y profundizar la reforma laboral (más precariedad).
Naturalmente ha provocado el rechazo de todos los partidos, incluido el que gobierna.
Importante capacidad psíquica, la segunda en la jerarquía, la memoria nos sirve para retener el pasado y poder actualizarlo, evocar lo retenido.
Lo queramos o no se convierte en testigo de nuestra vida, nos proporciona buenos y malos momentos.
Uno de los ámbitos en que se muestra su debilidad es el político, donde observamos como muchos intentan ignorarla.
Aznar, ese ser desleal, acomplejado y grotesco recrimina a los suyos que intenten dialogar con nacionalistas catalanes; olvidando que gobernó con su apoyo.
Elorza o Patxi López, encasillados en aquella estupidez de “no es no” desprecian a la derecha; olvidando que se apoyaron en ella para ser alcalde y lendakari, respectivamente.
No se trata de permanecer inmutable pero cambios tan bruscos y en tan poco tiempo no acreditan a una persona.
Son unas siglas bien conocidas que expresan el deseo de un descanso eterno. Coinciden con las elegidas en Murcia para designar las decisiones de alguien en relación con su propia muerte. Se trata del Registro de Instrucciones Previas (RIP), un nombre aséptico, poco clarificador. La coincidencia es curiosa y un poco macabra, como para hacer desistir a un supersticioso.
Yendo al fondo del tema, es una idea acertada, importante para personas que carezcan de un entorno familiar en el que dejar clara su última voluntad en relación con esa tragedia que es la muerte.
En un tiempo no muy lejano incluirá la posibilidad de eutanasia; el derecho a una “buena muerte” es algo que no debería negarse a ningún ser humano.
Vicios lingüísticos, empleos incorrectos de los pronombres personales “la, le”. Parece un fenómeno creciente porque son muchos los periodistas y tertulianos que incurren en ellos y los propagan.
Así, oímos o leemos: <A la mujer la dieron una paliza>, <a esta chica la salieron los dientes en el partido>, <coge el dinero y dámele>.
Se da más en Madrid y Castilla-León y tienen un precedente insigne en Cervantes y su Quijote: <al rucio se le hurtaron>, capítulo III, 2ª parte; <dudo que vuesa merced puede hablarla ni verse con ella>, capítuloVIII.; <este episodio no le tradujo bien su intérprete>, capítulo XLIV.
Estas buenas gentes nos corrigen luego a nosotros las alteraciones fonéticas-especialmente con las “eses”- que a mí me parecen pecado venial frente a lo suyo.
Sería interesante fijar cual debe ser el tamaño del sector público en un país; acto seguido, discutir sobre la mayor o menor eficacia de lo privado frente a lo público y, en tercer lugar, saber cuándo se debe producir un trasvase entre ambos, qué debe permanecer como competencia del Estado y qué puede pasar a manos privadas.
En España, desde el franquismo, navegamos contracorriente: nacionalizamos cuando hay pérdidas y privatizamos con beneficios. Unas decisiones que se toman no atendiendo precisamente al interés social.
Tenemos ejemplos de todo tipo: desaladoras, aeropuertos y autopistas.
Pero nadie parece responsable de estas tropelías que acabamos pagando entre todos; a ellos les sale gratis y siguen actuando desde la impunidad más absoluta.
No entendidas como examen para aspirantes a funcionario sino como sectores que, dentro de un grupo, se muestran críticos con quienes lo dirigen. Aunque existan en cualquier colectivo, alcanzan especial intensidad en los partidos y son más propios de la izquierda, tal vez porque desarrolla más su capacidad de análisis de la realidad y de sí misma.
Aquì tenemos un PP aparentemente unido, un PSOE más dividido que nunca y en el reciente Podemos se empezó hablando de sano debate pero sus máximos dirigentes ya no disimulan y se tiran los trastos a la cabeza.
Un caso insólito es el del actual Papa contra el que se levantan voces en la iglesia polaca y en la norteamericana que consideran demasiado progresistas algunas decisiones y pronunciamientos del Vaticano.
El expresidente italiano ha perdido su referéndum y, fiel a su promesa, ha dimitido. Se crea cierta inestabilidad, aunque en Italia eso es casi una seña de identidad.
Aún no ha desvelado sus intenciones a partir de ahora pero no parece que vaya a ser su final; yo creo que le queda mucho recorrido político teniendo en cuenta que su postura logró un 40% de los votos y con eso se pueden ganar unas elecciones generales y formar gobierno.
Es un hombre joven, habla claro, actúa con diligencia, asume las consecuencias de sus decisiones e incluso incorpora una pizca de humor (que nunca está de más).
Si, además, su Partido Democrático consigue frenar frivolidades cómicas o peligrosas tendencias neofascistas, tanto mejor.
Y ellos coinciden, gozosos, mandando sobre medio mundo. Entre Trump y Putin hay más afinidad de la que pueda parecer: arrogantes, expeditivos, megalómanos, seguros de sí mismos, primarios, de ideas simples y escasa cultura, llenos de testosterona hasta el cerebro y ahí fraguan su concepción de la mujer.
Hasta hace poco nadie habría pensado que era posible una relación tan estrecha entre los presidentes de los países que vivieron la guerra fría; a lo sumo, respeto mutuo.
Van a tender un puente muy significativo a través del próximo Secretario de Estado americano, máximo dirigente de una petrolera con fuertes intereses en Rusia. Y es que la inclinación hacia los buenos negocios y el amor al dinero es otro rasgo común entre los mandatarios.
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