Nombre adoptado por un grupo de policías que luchaban contra el gangsterismo de Chicago durante la Ley Seca. Hay una buena película sobre el tema.

Parece que a nuestros jueces les gusta el adjetivo y quieren permanecer al margen de la crítica ciudadana; que sus sentencias sean, además de acatadas, incontestables. Vana pretensión en la sociedad actual donde se vive un grado considerable de judicialización.

A veces lo ponen fácil. Es el caso de la sentencia sobre La Manada en la que uno de los magistrados se ha cubierto de gloria con sus observaciones; hasta el punto de que el ministro de justicia lo ha descalificado públicamente, convirtiéndose en un juez de jueces. Ha debido pensar que a fin de cuentas es el máximo responsable de la Administración de Justicia en España.

El delegado del gobierno en Murcia es Francisco Bernabé, como sabemos ya todos los murcianos que acudimos a los medios de comunicación. En la prensa escrita aparece casi a diario y en los informativos de la televisión regional se aplican la consigna de “ni un día sin Bernabé”; ahí esta él, llenando la pantalla cual divinidad que gozara de la omnipresencia.

El gobierno central no mantiene muchas competencias en la Comunidad pero eso no es obstáculo, sabe como nadie optimizar recursos y tendrá en vilo a su jefe/a de gabinete buscándole el hueco cotidiano.

Un tema que da mucho juego es el de las fuerzas de orden público, donde ejerce con convicción y firmeza, especialmente frente a los díscolos prosoterradores de trenes.

Cualquiera diría que busca una promoción extraordinaria.