El CIS de Enero refleja que un 73% de los españoles valora la situación política como mala o muy mala y que los políticos aparecen como el segundo problema, tras el paro.
Y eso ocurre cuando vamos a vivir en campaña electoral más de tres meses: unas generales seguidas de municipales, autonómicas y europeas. El espacio político aparece más fragmentado que nunca con cinco partidos generalistas y todas las variantes nacionalistas.
Como no cabe esperar (ni falta que hace) un líder mágico que contentara a la inmensa mayoría, cabría pensar que nuestros dirigentes actuarían con seriedad y dignidad, tratarían de buscar espacios de encuentro para apaciguar ánimos. Pero, lejos de adoptar esa actitud, se muestran plenos de engaños, insultos y descalificaciones. De ahí salen los lamentables resultados del CIS.
Amadeo I en su discurso de abdicación de 1873: “España vive en constante lucha. Todos los que con la espada, la pluma o la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles”
Bismarck por esas fechas: “España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido”
Partiendo de esas premisas la conclusión lógica sería buscar el mayor grado posible de acuerdo entre las principales fuerzas políticas, PSOE-PP y CS, crear un clima de serenidad que permita acometer las reformas necesarias, adoptar las medidas adecuadas para solucionar los grandes problemas (no es difícil hacer el inventario).
En vez de eso ahí andamos con nuestros insignes líderes agotados en la batalla partidista y el corto plazo. Lamentable.
Dudar es muy sano, pero debe ser un punto de partida que se supere en fases siguientes. Es exactamente lo que hizo Descartes con la “duda metódica”, inicio de su doctrina filosófica.
Tal vez la expresión más tópica de una duda es la frase puesta en boca de Hamlet: “Ser o no ser…”
Pues todo eso lo supera con creces Albert Rivera, el líder de CS. No sabe si es liberal o socialdemócrata, centroizquierda o centroderecha y recurre a esa figura tan socorrida y tan de moda de la transversalidad.
En su macroniano sueño se ve en Moncloa sólo si gana al PP y con un tripartito a la andaluza. En su defecto, podría ser vicepresidente con Sánchez y le evita compañías indeseables.
Este es su gran dilema. ¿Qué será, será? El mes de Abril nos lo dirá.
Parece que uno de los factores que han influido en la convocatoria de elecciones ha sido la foto de la Plaza de Colón con los líderes de PP, CS y VOX, la derecha trifálica que dice la ministra de Justicia (esta mujer está demostrando ser una obsesa sexual)
Se trata de atacar a CS situándolo junto a VOX y cortar así el trasvase de votos que sufría el PSOE. Ahora pueden recibir de CS y de los defraudados con Podemos, quedando Pedro Sánchez equidistante y reivindicándose como el más capaz de gobernar.
Después recuperará la veintena de escaños nacionalistas con concesiones formales en el Estatut, competencias, dinero y el indulto a los condenados. Es un hombre con suerte que se beneficiará con el modo en que se asignan los escaños y podría seguir en la Moncloa.
Es una figura política atractiva y quien mejor encarna la batalla contra el fanatismo secesionista. Además, les ha ganado unas elecciones.
Ahora decide continuar su lucha desde Madrid, desde el Congreso, donde puede resultar más eficaz porque en Cataluña forma parte de un Parlamento en el que no se parla, un Legislativo que no legisla.
En CS están convencidos de que puede arañar algún diputado más por Barcelona y reforzar en el resto de España la imagen firme frente al separatismo. De ese modo ayudaría a superar al PP y encabezar el tripartito que conduciría a Rivera hasta la Moncloa. Siempre que la ley D´Hont no favorezca a Sánchez y sea él, con sus indeseables apoyos, quien gane la guerra.
El 28 de Abril los indecisos, votando, sentenciarán.
Es el título de una canción de Cecilia. Está claro que en esta campaña jugará un papel destacado el componente identitario españolista, el rechazo al separatismo nacionalista (que se lo digan a Susana Díaz).
De ahí que el bien pagado asesor de Sánchez haya pensado como lema de campaña “la España que quieres”, resaltando la palabra España, cuando muchos preferían hablar de “este país o el Estado español” hasta hace poco.
Curiosamente coincide con el lema de VOX. También el título elegido por Sánchez para el libro que le ha escrito la no menos bien pagada Lozano había sido utilizado por un médico de Valladolid. Lo de su tesis doctoral ya no ofrece dudas de que fue un plagio y un refrito mal cocinado.
Tendría que explicar nuestro presidente esa especie de furor imitativo que tan frecuentemente manifiesta.
El 28 de abril cada uno votará al partido que prefiera, pero seguro que lo hace teniendo en cuenta que será necesario tejer alianzas para formar gobierno y esta vez incluyendo a quienes se alíen.
CS se muestra muy antisanchista. O Rivera va de farol o sólo se ve junto a Casado como presidente o vice según cual sea el más votado (¿aceptaría otra vez VOX el papel de apoyo apestado?)
El PSOE parece condenado a tener que repetir con Podemos e independentistas si los números dan para ello. Si, contra todo pronóstico, no ganara, Pedro Sánchez debería irse y dejar que el partido se reoriente acentuando su perfil de izquierda moderada, sin veleidades.
A la luz de este panorama no se yo si tiene sentido seguir quejándose del bipartidismo o acabaremos añorándolo.
La experiencia acumulada y su agudeza de ingenio lo acreditan sobradamente para que sus reflexiones deban ser tenidas en cuenta.
Resumiendo mucho su último libro, afirma que durante la Transición, y especialmente en nuestra Constitución, quedó diseñada nuestra mejor patria, la España que hoy deberíamos defender más que nunca porque es evidente que está siendo atacada por nacionalismos separatistas y populismos antisistema.
Sostiene que frente a esas fuerzas disgregadoras no se percibe una reacción adecuada y enérgica sino actitudes timoratas y casi acomplejadas.
Creo que él también piensa que su partido, el PSOE, podría estar jugando un papel arbitral decisivo junto con los constitucionalistas para cambiar radicalmente este negativo panorama.Y lamenta que no lo esté haciendo.
Hay que recordar aquello de que “para que triunfe el mal basta con que las personas buenas permanezcan calladas”
Fue la primera medida estrella anunciada por Pedro Sánchez: sacar a Franco del Valle de los Caídos. Y está muy bien porque su permanencia allí es un oprobio; pero debió hacerse mucho mejor, de común acuerdo con CS y PP y conversaciones con la familia. Para colmo, se lo encargó a su vicepresidenta, que llevó el ridículo hasta el Vaticano.
Finalmente saldrá de allí, pero se ha pagado un precio alto, más de lo que valía.
Excaváis en un “humus” (suelo, tierra) del que habéis sacado posturas radicalizadas, fuerzas nostálgicas de un insoportable pasado que cobran aliento y hasta profanadores de tumbas que alojan restos venerables.
Sería miserable que lo estéis haciendo conscientemente, buscando un banderín de enganche que movilice el voto izquierdista, incluido el que venga del desmoronamiento de Podemos.
Fue la primera medida estrella anunciada por Pedro Sánchez: sacar a Franco del Valle de los caídos. Y está muy bien porque su permanencia allí es un oprobio; pero debió hacerse mucho mejor, de común acuerdo con CS y PP y conversaciones con la familia. Para colmo, se lo encargó a su vicepresidenta, que llevó el ridículo hasta el Vaticano.
Finalmente saldrá de allí, pero se ha pagado un precio alto, más de lo que valía.
Excaváis en un “humus” (suelo, tierra) del que habéis sacado posturas radicalizadas, fuerzas nostálgicas de un insoportable pasado que cobran aliento y hasta profanadores de tumbas que alojan restos venerables.
Sería miserable que lo estéis haciendo conscientemente, buscando un banderín de enganche que movilice el voto izquierdista, incluido el que venga del desmoronamiento de Podemos.
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