LIBERTAD O CÁRCEL

 

No debe resulta fácil para un juez decidir si encarcela o deja libre a una persona. Y seguro que lo hace aplicando las leyes en vigor.

Pero lo cierto es que se producen casos paradójicos y perjudiciales para la sociedad.

Delincuentes en libertad condicional porque no hay indicios de posible fuga o de destrucción de pruebas, cuando está claro que no tienen donde ir ni pruebas que destruir. Los dejan en la calle y siguen robando, violando, asaltando, amenazando, etc.

En el otro extremo, el ladrón de guante blanco es encerrado en prisión con la certeza de que cuando salga disfrutará de la mayor parte de su botín. Tal vez podrían invertirse los factores y obligarlos a devolver lo robado, aunque sigan en la calle hasta la sentencia firme.

En la próxima legislatura se podrían cambia algunos aspectos legales demasiado proteccionistas.

 

 

 

VENEZUELA

 

La situación estaba empantanada y tenía que estallar. Pero Guaidó no ha acertado con el tiempo y el modo elegidos.

Es incomprensible que se haya lanzado a pedir la rebelión militar sin tenerlo todo muy amarrado. Sabe que se enfrenta a una cúpula militar tan corrupta que sólo sobrevive con Maduro, el gran corruptor corrompido.

Salvando las distancias, que son muchas, lo que ha ocurrido recuerda a lo que sucedió hace años en Turquía contra Erdogan.

No sólo fracasan los intentos de derrocar al gobernante sino que acaban fortaleciéndolo.

Los apoyos internacionales están bien pero no sirven para desalojar al autócrata. Los países que pueden, incluida España, deben forzar la salida de Maduro y su rehala de generales hacia Cuba, donde pueden conducir autobuses urbanos, pagando cada uno el suyo con lo que han robado y que el transporte sea gratis.