QUERIDO DICTADOR

 

Es desolador comprobar que individuos y pueblos sólo conviven en paz cuando están subyugados, sometidos a un poder arbitrario y absoluto.

Decía Hobbes que el hombre en “estado de naturaleza” se muestra egoísta, interesado y al chocar sus intereses con los de otros surge “la lucha de todos contra todos”. Como ese ambiente es insoportable hay que pasar al “estado de sociedad”, forzar el pacto social y mantener el grupo actuando con mano dura frente a ese “hombre que es un lobo para el hombre”.

Lo triste es que muchos ejemplos históricos parecen darle la razón. Basten tres muy significativos: la Yugoslavia dividida y enfrentada tras la muerte de Tito; la convulsa Libia tras la desaparición de Gadafi y el ensangrentado Irak tras el ahorcamiento de Saddam Hussein.

Por eso, valoremos y preservemos nuestra racional democracia.