A raíz del infame pacto PSOE-Podemos, con el apoyo de ERC y Bildu, se ha hecho público algo que venía ocurriendo con anterioridad: una parte significativa de la militancia socialista se muestra crítica con Pedro Sánchez. Muchos de ellos han ocupado importantes cargos que incluyen presidencia, vicepresidencia del Gobierno, ministerios o presidencias de CCAA.
Desde los aparatos del partido son rápidamente descalificados afirmando que se trata de la vieja guardia y harían mejor callando.
Es difícil que todos estemos equivocados, que nuestro gran error sea considerar bochornoso ese pacto y defender uno entre partidos constitucionalistas, que creamos que Sánchez ha antepuesto su interés personal al interés general.
A esta altura parece claro que este hombre es como la cizaña, daña todo lo que toca: su partido, el gobierno y la relación entre fuerzas políticas.
Es como deberíamos tratar a Iván Redondo, ese gurú que ha contratado como jefe de gabinete el secretario del PSOE y que es quien toma las decisiones importantes y marca estrategias .Es un profesional que sirve a diferentes partidos, su única ideología es la monetaria y cobra más de 100.000 euros anuales.
Él fue quien propició la moción de censura poniéndole la zanahoria a Pedro Sánchez. Suya es la idea de aprovechar la foto de la Plaza de Colón para descalificar a Cs-PP y Vox buscando el voto del miedo para favorecer al PSOE (que luego bajaría, mientras subían PP y Vox). Ha consolidado la predisposición de Sánchez para el enfrentamiento cerril con el PP, haciendo imposible el pacto y lanzándolo en manos de Podemos y separatistas.
Nada de lo que consigue trae estabilidad o efectos positivos para el país, pero ahí sigue.
Dice el inefable Miguel Iceta que una nación es “un sentimiento de comunidad” y en España hay ocho porque en los estatutos se habla de nacionalidad, que es sinónimo de nación.
El secretario del PSC hace una vez más el ridículo, no sabe cómo compaginar sus facetas socialista y nacionalista. Ni él se cree que los separatistas se conformarían con llamar nacionalidad a Cataluña o con entenderla como simple sentimiento identitario, sin referencias jurídicas y administrativas. Ambos conceptos les resultan ya insuficientes porque buscan la soberanía y la independencia real, cosas claramente anticonstitucionales y, por tanto, imposibles.
El PSOE no corrige al correveidile Iceta o rompe con el PSC sino que Sánchez lo usa como cabeza de puente con los secesionistas para que le allane el camino a la Moncloa, su obsesión monotemática.
Es increíble que quienes se dicen socialistas se presten a este irresponsable juego.
Dudo que haya otro país tan propenso como España a incorporar fiestas y costumbres propias de otros países.
Además, nos “especializamos” en EEUU y de allí importamos cosas totalmente ajenas a nuestra cultura.
Empezó Halloween, sustituyendo a nuestros solemnes difuntos; ya causa furor el BlackFriday, día de consumo compulsivo e indiferenciado; el CiberMonday, compra de productos tecnológicos; el GivingTuesday, donaciones a ONG (para compensar la mala conciencia consumista). Propongo que busquemos temas o productos para completar la semana con los otros cuatro días (en inglés, of course). Vamos camino de festejar el ThanksGiving, día de acción de gracias, y adelantar la comida de nuestro querido pavo navideño para no desentonar.
Creo que esta moda es el aspecto más estúpido de la globalización y, sólo con pensar en el cretino que rige el Imperio, deberíamos retraernos.
Sin sobrevalorar el informe PISA, no deja de ser un indicador del rendimiento académico de los alumnos de la OCDE en las tres áreas más importantes del proceso educativo.
Los resultados de 2018 son descorazonadores para España. Seguimos estando por debajo de la media y perdemos puntos con respecto a otros años, especialmente en ciencias.
El dato se presta a hacer algunas reflexiones sobre el proceso educativo. Es discutible que las CCAA estén gestionando eficazmente las competencias que tienen transferidas; a veces se vuelcan más en las peculiaridades de la zona que en aspectos generales. Dentro del desgobierno existente, ese ministerio está especialmente desatendido por la incapacidad de la titular.
Entre los partidos políticos tampoco parece que el tema educativo ocupe un lugar preferente, con sus pactos y/o bloqueos tienen suficiente.
Como dirá el clásico: “No son buenos tiempos para la lírica”.
Bienvenido sea todo aquello que sirva para que se hable del cambio climático y se tome conciencia del mayor reto al que nos enfrentamos.
La niña sueca Greta Thunberg inició una campaña de denuncia que pronto alcanzó una dimensión inusitada y la llevó hasta la Asamblea de la ONU, donde reprendió a todos los gobiernos con ese rictus característico que no ayuda mucho a crear una imagen agradable; parece que encaja mal el excesivo protagonismo que le confieren los medios.
Empezó siendo elogiada unánimemente y en poco tiempo ha pasado a ser enjuiciada de modo negativo por muchas personas, organismos y periódicos. Hasta el delegado del pueblo indio ante la ONU la ha criticado porque cree que sólo sirve para desplazar el interés de aquellos puntos en los que realmente debería centrarse esta lucha.
La violencia machista está siendo combatida desde muchos frentes y con bastantes medios, pero no parece que disminuya de un modo significativo. Es un fenómeno incrustado en la actitud machista, tan antigua en la especie.
Desde que el ser humano se hace sedentario la mujer empieza a desarrollar un papel más pasivo debido exclusivamente a causas biológicas y el hombre va creando una relación de dominio, casi de posesión (“si no eres mía no eres de nadie”).
Luego cada cultura crea sus propios modos de prevalencia patriarcal: ablación de clítoris, ocultación del cuerpo, lapidación por adúltera, violación casi por diversión y agresión si intenta emanciparse o romper la relación.
Hay que ir enseñando esos conceptos en los Colegios. Niños y niñas deben saber desde muy temprano cuales son las raíces profundas de esas conductas bárbaras e inhumanas que se producen contra la mujer.
Una falacia a la que nos abocan los independentistas catalanes es la de querer diferenciar la vía judicial de la política, condenar la primera y defender la segunda como único modo de solucionar lo que llaman “el conflicto” (los asesinos etarras también usaban esa palabra para referirse al País Vasco). Y son muchos los que desde la progresía oficial defienden el argumento.
En realidad, la vía judicial no se puede abandonar y sólo se aplica a quien delinque. No se puede animar a estos individuos diciendo que luchen por su quimera incumpliendo la ley, o sea, la expresión de la voluntad popular, atacando la Constitución.
Hay que seguir la vía política y dialogar entre las partes, pero son ellos quienes tienen que delimitar sus demandas al marco legal. Y se habla de Estatuto, financiación, competencias, buscando el acuerdo.
El ser humano tiene necesidad de reconocimiento, valora ser apreciado por los demás y por sí mismo(autoestima). Pero lo normal es que eso se produzca como consecuencia de algo, de un comportamiento y un modo de vida.
Actualmente, y como en casi todo, vemos que se sufre un proceso de trivialización que termina convirtiendo esa necesidad en un esperpento, en unos deseos ridículos que rozan lo patológico.
Se observa una búsqueda desesperada de figurar sin que importe ante quién y por qué; el caso es que te graben, que te vean, aparecer en las redes sociales, grupos de whatsap y, en colmo del paroxismo, queda el selfie para lo que algunos arriesgan la vida.
Lo importante no es ser sino parecer. Y así vamos también degradando esta enloquecida sociedad que nos hemos dado.
Yo creo que a partir de los 50 años la capacidad que más ponemos en juego es la memoria y el mayor sentimiento es la nostalgia.
Los aniversarios son buena prueba de ello, una ocasión ideal para movilizar nuestras dos grandes áreas psíquicas: la cognitiva y la afectiva.
El pasado sábado nos brindó a muchos un gran ejemplo. El Instituto J. Ibáñez Martín cumple 75 años y por esa razón se presentaba en el Salón de actos un libro de José Quiñonero Hernández sobre su historia.
Todo resultó tan agradable y entrañable como cabía esperar.
El Instituto padecía cierta orfandad, nadie había narrado su historia. Ahora, gracias a Pepe, ha quedado plasmada en un magnífico libro. Y nos la cuenta de ese modo maravilloso que es propio de él.
Cualquiera que haya pasado por sus aulas debería leerlo.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.