Contemplando la situación- y sin caer en injustificados alarmismos- parece que algunos han logrado crear un clima inquietante, tan tenso como no veíamos hace tiempo.
Se incita a la violencia hablando de bandos y miedos, se producen insultos e incluso agresiones físicas.
En Cataluña políticos incompetentes e irresponsables atizan el sentimiento nacionalista más radical y consiguen dividir a los catalanes y perturbar al resto de los españoles.
Las pasiones, subjetivas e impulsivas, separan; la razón, objetiva y fría, une a través de argumentos y normas.
La próxima campaña no va a aportar calma, convendría evitar crispaciones innecesarias porque todo esto ocurre en un país poco dado a la racionalidad y con una triste historia.