Dicen quienes sobrevuelan el espacio aéreo español que últimamente se observan muchas líneas rojas en el ambiente, que van creciendo en intensidad y longitud conforme pasan los días.
En algunos establecimientos se marcan estas líneas pero es para ordenar una cola de personas que las van sobrepasando. En política no, ahí son fronteras infranqueables, marcan límites que nadie está dispuesto a rebasar.
Todo lo que oímos son vetos y exclusiones: un mismo tema o partido genera aceptación y rechazo en unos u otros.
Tantas líneas han acabado formando un laberinto cuya salida no parece fácil. Cuando más falta hace la sabia mezcla de colores más empeño hay en ser monocromático.
Y los españoles, resignados.