Si te llevas seis y devuelves una no cabe duda de que has hecho una buena operación. Algo así ha ocurrido con un funcionario que llevaba seis años sin acudir a su puesto de trabajo y nadie lo echó de menos. ¿Qué función desempeñaría? Ahora un juez lo condena a devolver el sueldo de un año.
Más allá de la anécdota, se ponen de manifiesto la debilidad y la negatividad de la Administración. Yo he conocido bajas anuales en la enseñanza absolutamente vergonzantes.
Con casos así no es fácil defender el sector público frente a la empresa privada, parece que “público” y “bien gestionado” son conceptos incompatibles.
Ni siquiera es un consuelo saber que ha ocurrido en Cádiz, donde eligen a un alcalde de chirigota.