DEGRADADO

 

La degradación era un severo castigo militar, se producía por causas muy graves y el que la sufría veía mermado su honor.

Caso curioso es el de un teniente general, exjefe del Estado Mayor, que afirma solemne: “Yo soy un soldado de Podemos”.

Se convirtió en el fichaje más sonado de este partido y ciertamente es muy singular que alguien con su trayectoria termine en el grupo más antimilitarista y antiOtan de los que hay en España.

Los podemitas optimizan sus recursos y explotan al máximo al personaje  forzando su inclusión en una candidatura que garantice su llegada al Congreso. Se pone a las órdenes de sus nuevos generales cuya experiencia militar consiste en haber asesorado a un general bolivariano visionario y autócrata.

 

 

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