El quicio es lo que hace que una puerta ajuste y se mantenga en su sitio. Estar fuera de quicio significa que algo está fuera de orden o de su estado natural. Desgraciadamente lo podemos observar casi de un modo general en diferentes ámbitos.
Un buen ejemplo es la postura que adoptan ante el mercado libre el presidente chino y el norteamericano. Xi Jinping, comunista, defiende la globalización, quiere fronteras abiertas al comercio, mientras que Trump, supuestamente liberal, se muestra proteccionista, grava con aranceles las importaciones y castiga la deslocalización industrial.
Tampoco parece muy “ajustado” que en España tres personas acumulen una riqueza (limpiamente obtenida) equivalente a la del 30% de los que menos poseen.
Si esto sigue así acabaremos todos más desquiciados de lo que ya estamos.