Ha escrito un libro sobre Rodríguez Zapatero llamándolo “organizador de derrotas”; abundan las descalificaciones y adjetivos de grueso calibre.
Zapatero llega a la Secretaría general por nueve votos y gracias a Alfonso Guerra, que culmina así su venganza sobre Bono y traiciona a Matilde Fernández. Posiblemente ese no fue un buen día en la Historia reciente del socialismo español.
Gobernó durante dos legislaturas, con luces y sombras (en la segunda predominaron estas últimas).
Leguina es un tipo inteligente, un analista certero, pero aquí se pasa, sangra por la herida. Y su presencia en ciertas tertulias no refuerza su figura, más bien indica un trasnochado afán de protagonismo.