Teniendo en cuenta el calendario socialista para celebrar primarias y congreso es posible que los dos candidatos se hayan adelantado, generando tensiones más allá de lo necesario.
Pero la actitud de Susana Díaz tampoco parece muy acertada, su indefinición empieza a ser preocupante y rechazable.
No es una decisión fácil. Sabe que no las tiene todas consigo porque el insensato exsecretario ha logrado que la militancia la identifique con “las derechas” y se muestre reticente con ella. Además, sus escenarios son complicados: compatibilizar la secretaría con la presidencia de Andalucía, encabezar una candidatura en las próximas generales para perder, pasarse la semana en el AVE.
Finalmente se presentará, será la mejor opción de un PSOE cabal y solvente, quien más puede garantizar la continuidad del partido.
Ojalá gane.