Los yihadistas no han leído a Miguel Hernández pero son como su rayo, no cesan en sus acciones asesinas. Se ceban especialmente con Gran Bretaña (dejando en evidencia la ineficacia de sus servicios de inteligencia y la insensibilidad del gobierno con las familias de las víctimas) pero también golpean en otros países y lo hacen con todo lo que pueden.
Un ejército así es imparable y tampoco se ve una voluntad coordinada contundente para combatirlo. Hay una especie de resignación estadística (que no me toque) y nos conformamos con las velas y las flores.
Ponen como pretexto a Siria, Irak o Libia pero es mentira; si esos lugares se apaciguaran seguirían matando. También los catalanes mantendrían la matraca independista aunque les mejoren la financiación.