En Soto del Real, celebérrima cárcel, hay un gitano que contrarresta la matraca independista de uno de los Jordis cantándole “Viva España” y enseñándole sus genitales. Ahora se le multiplica el trabajo porque, como era previsible, la jueza Lamela decreta prisión incondicional para Junqueras y siete exconsejeros catalanes. Nadie se alegra de las desgracia pero esta gente ha hecho mucho daño en Cataluña y en el resto de España.
El último favor de su cobarde expresidente ha sido permanecer fugado en Bruselas; entre la gravedad de los delitos y el riesgo de fuga la decisión estaba cantada.
Se celebrarán elecciones con ellos encarcelados y habrá que ver si eso enardece el voto secesionista o, por el contrario, sirve para que muchos perciban la locura en la que vivían y moderen su voto.