Un mazazo inesperado la muerte de Manuel Marín. Una vez más el jodido cáncer haciendo de las suyas. Ha muerto joven y joven se retiró de la vida pública tras cubrir dignísimamente una trayectoria que lo llevó desde el Congreso de los Diputados a la vicepresidencia de la Comisión Europea.
Era un hombre de paz y concordia, ejerció con eficacia sus diferentes funciones y realzó los cargos que ocupó, mejoró la imagen del Congreso y contribuyó a fomentar nuestro sentimiento europeísta, nunca perdió el sentido de la realidad ni el del humor.
Tuve ocasión de conocerlo y puedo decir que fue una gran persona, uno más de los que hacen pensar que estamos peor que antes en el partido y en el país.
Descansa en paz, te lo has ganado.