Las palabras sirven para expresar ideas y también para distorsionarlas o camuflarlas.
La alcaldesa de Madrid destituye a un terco y torpe concejal de IU quien, junto con cinco compañeros, se ausenta del pleno; hay malestar en el heterogéneo grupo de gobierno y se teme una gran crisis.
Pero aparece el líder nacional traidor de IU y, tras fingir un enfado, afirma: “hay que aprender a normalizar los disensos”; ese es el eufemismo vergonzante porque lo que quiere decir es que todo siga igual y todos cobren los mismos sueldos, que no pueden enfadar al gran líder de Podemos que los compró y que no tienen coherencia ni dignidad porque no tiene donde ir, nada mejor que hacer.
Estos iban a dignificar la política frente a la casta corrupta.