En Podemos no viven sus mejores momentos: fracaso electoral en Cataluña y notable disminución en intención de voto. Ante este panorama, el secretario general piensa que la mejor reacción es volver a sus orígenes, recuperar el concepto de “casta” y arremeter contra empresarios y políticos que “parasitan las instituciones y manchan el nombre de España”.
Debe estar convencido de que le volverá a funcionar el mensaje con el que ilusionó a mucha gente justificadamente indignada.
Pero cuatro años no pasan en vano. Sabemos que no tolera la contrariedad y cómo actúan en las instituciones, donde trabajan poco y lo compensan gesticulando y vociferando.
Hoy es más fácil pensar que es un embaucador y vive a costa del Sistema, incrustado en él como parásito que nada aporta a la sociedad.