El joven presidente francés viene mostrando firmeza a lo largo de su meteórica carrera política y no elude los temas que generan controversias o pérdidas de apoyo electoral.
Lo hizo con una reforma laboral a la que se oponían los sindicatos y ahora se propone acabar con la inmigración ilegal, que parecía un tema reservado a la extrema derecha; los diferencia de los refugiados a quienes considera que hay que tratar mejor de lo que se viene haciendo en Europa.
Parece evidente que no podemos acoger a todo el que quiera venir y resulta inaplazable un debate serio, racional con el fin de regular esos movimientos migratorios.
También quiere mayor control sobre internet para impedir las noticias falsas que acaban dañando el núcleo esencial de una democracia.