Es una palabra que da mucho juego para explicar la trayectoria presidencial de Rajoy si le vas colocando prefijos.
Todo empezó con la SU-cesión, el día que fue designado a dedo por el agorero líder meñique que pronto lo odiaría porque no se plegaba incondicionalmente a sus designios.
Fingió ignorar los lodazales corruptos de Valencia y Madrid pero por dentro iba la PRO-cesión. Al legar a la Moncloa se encontró con una RE–cesión económica y financiera de las que hacen época; la afrontó bien.
Cataluña lo colocó frente al gran problema de la SE-cesión; ni hizo lo necesario ni supo rentabilizarlo, benefició a CS.
Finalmente y tras perder una moción de censura se vio obligado a efectuar una dolorosa CON-cesión: la presidencia del PP y su retirada de la vida política.
Si lo que ocurre es que «ceder» en la acepción más conocida del término implica dejar voluntariamente a otros el usufructo, disfrute y uso o derechos sobre algo.
Ahí está el problema, Mariano Rajoy no lo ha hecho voluntariamente, sino arrastrado por las evidencias y por una especie de confabulación parlamentaria, probablemente necesaria, pero quizás demasiado cruel.
Esto confirma alguna conseja de la sabiduría popular:
» Hay que saber irse a tiempo »
Un abrazo
Bienvenida de vuelta al blog.A ver si te animas y sigues haciendo tus acertados comentarios.
Es verdad que debió reaccionar antes y mejor. En su descargo puede decirse que nadie pensaba que pudiera montarse ese frente anti Rajoy que acabó sacándolo de la Moncloa.
Ojalá acierten por el bien de todos.