THERESA MAY

 

Por alguna extraña razón hay personas a las que uno no termina de creerse ejerciendo una función pública. Pasa cuando se carece de inteligencia y visión estratégica, sentido de Estado.

Parece claro que la señora May no es la mejor gobernante para resolver el autoprovocado problema del Brexit. Los conservadores añoran a Thatcher y se mueven para desalojarla de Downing Street.

Se observa cierto paralelismo con los líderes secesionistas catalanes. Enredados unos y otra en las consecuencias de un referéndum que  nunca debió celebrarse, que sólo ha servido para causar estragos pero mantiene firmes a los convocantes.

Al nacionalismo siempre le resulta fácil engañar al pueblo, manipulan sus sentimientos en beneficio propio y consiguen resultados electorales que les permiten seguir en su perversión.

 

 

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