Hace poco viví ese pequeño conflicto que supone tener que elegir entre dos cosas que te atraen. Dos cadenas de televisión programaron a la misma hora dos grandes películas: “Los Santos Inocentes” y “El Padrino”.
Creo que la primera es una de las mejores películas del cine español, en ella todo (y es mucho) está medido y cuidado. Además, he tenido el privilegio de conocer a Paco Rabal y compartir una cena inolvidable con él y Miguel Delibes.
En cuanto al “Padrino”, resulta difícil rodar una trilogía de obras maestras mostrando la estructura y evolución de la mafia en EEUU y que cada una casi supere a la anterior.
Naturalmente, al final, recurrí al mando y fui alternando los momentos que más me gustan de cada una de ellas.