La muerte es siempre cruel pero unas veces más que otras, sobre todo cuando es inesperada y temprana como ha ocurrido con José Antonio.
Mostró una inequívoca vocación política que empezó a materializar siendo estudiante de Filosofía.
Militó siempre en IU y con energía, haciendo honor a su apellido, esa IU que alguien entregó después de modo vergonzante al populismo.
Durante una legislatura fue el único diputado de su partido pero actuó como si fuera un grupo completo, fajándose contra todos con eficacia y brillantez.
Ha sido un buen parlamentario, un buen político, un buen profesor; derivado todo del hecho básico de que era una buena persona y proyectaba esa calidad humana en los diferentes espacios que ocupaba, privados o públicos.
Permanecerá en el recuerdo de quienes lo conocieron.