El poder ejecutivo no sabe limitarse a cumplir su función: algo tan importante como gobernar bien un país. Desea invadir otros sectores para ejercer sobre ellos el mayor control posible. Muestra predilección por los medios de comunicación y los tribunales de justicia, lo que se dice y lo que se decide sobre los gobernantes.
Tenemos ejemplos recientes. La renovación del CGPJ mediante un acuerdo con el que según dijo ese farsante tan sincero: “lo controlaremos desde atrás”. Ahora en Andalucía, PP y CS se disponen a repartirse un botín que incluye Canal Sur; antes PSOE y Podemos habían entrado a saco en RTVE (así les va).
Con lo hermoso que sería vivir en un país dirigido por políticos cualificados, nobles e inteligentes y contar con profesionales respetables y respetados en los sectores más relevantes.