La primera dama podemita hace su reaparición estelar contándonos que arrullan a sus hijos con canciones de gentes antisistema, de esos que van pregonando su amor a la humanidad. Amamantando en el rencor y el rechazo, que es seguramente lo que hicieron con ellos.

Por lo visto han vivido una profecía autocumplida: pedían que el miedo cambiara de bando y, efectivamente, ahora dicen sentirlo ante Vox (tal vez por eso organizan manifestaciones en su contra)

Cuando sus hijos vayan al Colegio el chalet de La Navata seguirá custodiado por guardias civiles. Habrá que ver si les inculcan la fobia que ellos dicen sentir ante los uniformes verdes.

¡Pobres mellizos! Sus padres les irán restringiendo sus espacios vitales porque con esos apellidos no pueden defraudar.