Cuando surgió nuestro planeta la parte sólida formaba un bloque único llamado Pangea (todo tierra). Se fue fragmentando en Continentes y algunos trozos quedaron aislados en el mar.
Surgió la vida desplegando un portentoso proceso evolutivo de complejidad creciente hasta llegar a los homínidos, entre los que quedó el “sapiens” como especie única.
Creó grupos también complejos: clan, tribu, aldea, ciudad, hasta llegar al Estado soberano que, con más o menos tensiones, es el que prevalece. Y algunos, como España, tienen cientos de años.
Paralelamente se iban acumulando conocimientos y perfeccionando técnicas y hoy los hombres de ciencia nos dicen que dentro de 200 millones de años los continentes volverán a encajarse conformando la nueva Pangea.
Sólo entonces la mitad cerrada y cerril de los catalanes admitirá que su esfuerzo secesionista ha sido tan inútil como contraproducente.