Han bastado para que se haga cierto aquello de que “lo que mal empieza, mal acaba”. Y no ha acabado mal sino peor.
Ganaste una moción de censura atípica y has perdido una de confianza con los mismos apoyos. Ellos te lo dieron y ellos te lo quitaron.
Queda la imagen negativa de un presidente con comportamientos impropios de un socialista, con una ambición personal y un apego al poder desmesurados.
Las próximas generales pueden crear diversos escenarios. El peor sería reproducir el que tenemos; el mejor, un entendimiento PSOE-PP-CS de modo que gobierne el que gane y los otros dos ocupen vicepresidencias. Sólo así se pueden abordar los muchos problemas pendientes, incluido el catalán. Otra posibilidad sería un acuerdo PSOE-CS. Pero lo más probable será que se conforme un nuevo tripartito a la andaluza.