La solución del problema catalán (al menos el intento) requiere ideas claras y voluntad firme. El tema lo deben abordar PSOE-PP-CS-VOX (guste o no guste es una fuerza parlamentaria) con renuncias y sacrificios entre ellos hasta fijar una posición.
Inmediatamente se deja claro a los separatistas que nadie quiere sus votos ni su apoyo en el Congreso, que se hace una renuncia expresa.
Acto seguido se celebran reuniones con ellos para ver si plantean demandas legales; tal vez alguna competencia más, la revisión de algún punto del Estatuto, una justa ley de financiación autonómica, etc.
Hecho esto, se delimitan claramente las reglas del juego, que vienen dadas por la Constitución y se les asegura que no se admitirán incumplimientos ni con hechos ni con gestos a los que son tan aficionados.
Si persisten en su actitud actual tendrán enfrente al Estado con todo su poder.
El problema es que de esos cuatro partidos, lamentablemente hay uno que tiene el corazón partío últimamente…
Y lo de tener que seguir echándoles carnaza a los nacionalistas para aplacarlos, pues como que ya va bien, no?