LA PERDIZ BELGA

 

Ahí sigue el enloquecido botarate de Puigdemont, en su retiro dorado de Bélgica que algún día sabremos cómo se paga, mareando la perdiz con la ayuda de sus abogados flamencos y la comprensión de autoridades políticas y judiciales. Aplazamiento de la vista, diversos recursos cuando se pronuncien los jueces y todo tipo de artimañas legales llevan a pensar que estamos lejos de la extradición que supondría el cumplimiento de la euroorden española.

Tenemos al personaje exhibiendo toda su miseria (que es mucha) y su incuestionable cobardía al no afrontar su responsabilidad; compañeros suyos están encarcelados e inhabilitados tras la sentencia del Supremo, pero él sigue huido y bien cuidado.

Lo increíble es que su voz aún es atendida y secundada por un sector independentista, una prueba más de lo irracional y vergonzante de este catalanismo separatista.

 

 

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