Hasta hace poco tiempo se señalaba la singularidad de España porque no había partidos de extrema derecha cuando en Europa eran ya una realidad creciente.
Pero en los dos últimos años hemos visto nacer y consolidarse a VOX, un partido de ultra derecha que, si aciertan las encuestas, puede convertirse en la tercera fuerza política del Congreso.
Surgió por la inactividad y pusilanimidad del PP, de lo que llaman “derechita cobarde”; lo mantiene bien cebado Pedro Sánchez con sus simplezas de las tres derechas o el trifachito y así estimula el voto del miedo entre el electorado progresista.
La claridad y contundencia con las que VOX trata algunos temas son un lujo que no se pueden permitir los otros partidos, pero parece que les sirve para conectar con un número cada vez mayor de españoles.