La violencia machista está siendo combatida desde muchos frentes y con bastantes medios, pero no parece que disminuya de un modo significativo. Es un fenómeno incrustado en la actitud machista, tan antigua en la especie.
Desde que el ser humano se hace sedentario la mujer empieza a desarrollar un papel más pasivo debido exclusivamente a causas biológicas y el hombre va creando una relación de dominio, casi de posesión (“si no eres mía no eres de nadie”).
Luego cada cultura crea sus propios modos de prevalencia patriarcal: ablación de clítoris, ocultación del cuerpo, lapidación por adúltera, violación casi por diversión y agresión si intenta emanciparse o romper la relación.
Hay que ir enseñando esos conceptos en los Colegios. Niños y niñas deben saber desde muy temprano cuales son las raíces profundas de esas conductas bárbaras e inhumanas que se producen contra la mujer.