Por una de esas casualidades históricas, el próximo 9 de Noviembre se cumplen 25 años de la caída del muro de Berlín que, como es sabido, separaba mucho más que dos partes de la ciudad; era todo un símbolo para Europa y el mundo occidental. Fue festejado como un día alegre que ponía fin a una época siniestra.
Ahora, en plena globalización, el nacionalismo catalán pretende levantar un muro que los aísle de España y la UE, los deje encerrados con la sardana, els segadors y el Barça. ¿No es increíble?
El nacionalismo siempre es perverso, explota sentimientos y juega al victimismo. ¿Es que en Cataluña no hay gente que piense, que razone?