Si hay que señalar el punto más esperpéntico en el mapa de la corrupción ahí está ella: obscena, grosera, insultantemente chulesca en su provocación. Continúa atrincherada y amenazante , es una patata caliente que se pasan entre el PP valenciano y la ejecutiva nacional pero ninguno se atreve a hacer algo tan sencillo como expulsarla del partido; es como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda. Saben que mantenerla en la alcaldía es dar munición a los atacantes de la casta y de un sistema superado por los acontecimientos.
Una hermosa ciudad como Alicante no merece padecer algo así al frente de su ayuntamiento.