Para Platón los mejores gobernantes eran los filósofos porque, habiendo contemplado la idea del Bien, sólo ellos pueden dirigir a los ciudadanos hacia la felicidad.
Salvando 2.500 años, no parece inadecuado que Ángel Gabilondo, filósofo, se lance al ruedo con la pretensión de gobernar la Comunidad madrileña.
Sabe que Aristóteles resaltó la naturaleza social del hombre y la grandeza de la “polis”; que Kant destacó la autonomía moral que proviene de la razón y formuló unos imperativos que, en caso de cumplirse, nos instalarían en un paraíso humano; conoce los valores de M. Scheller.
Es ecuánime, prudente, dialogante a la búsqueda de acuerdos; tiene experiencia como rector y como ministro.
No parece mal candidato.