Hay expresiones que, por unas razones u otras, van dejando de usarse, pierden su sentido y quedan arrinconadas como objeto de análisis de algún curioso. Es el caso de <tirar de la cadena>, empleada para deshacerse de un tema incómodo y enviarlo fuera del alcance; ahora no quedan cisternas con cadenas de las que tirar.
<Colgar el teléfono> era zanjar bruscamente un asunto dejando al otro con la palabra en la boca; con los móviles no es posible semejante operación.
<Que la tierra te sea leve /terra levis tibi sit >, preciosa y profunda, pretendiendo suavizar el impacto de la muerte (como si ello fuera posible); con la incineración pierde su significado.