Ha pasado tiempo suficiente como para tener una idea de la relación existente entre la presidenta andaluza y el secretario general del Psoe. Contemplamos conductas y declaraciones que permiten hablar si no de amor-odio, sí de aprobación-desdén. Coinciden lo imprescindible en actos públicos; ella lo apoya como candidato pero “matiza” sus declaraciones y marca estilo.
Acierta ella cuando pacta con C´S y rechaza a radicales pero él tiene que aceptar a Podemos en Castilla y Extremadura o a Compromís en Valencia porque son los únicos socios posibles para gobernar.
Un buen resultado en las elecciones generales de Noviembre rebajaría tensión; uno malo haría que la presidenta moviera fichas y personas interpuestas. Ojalá haya paz.