Es decir, algo extravagante y estrafalario. En un escenario político lleno de personajes emergentes aparece una monja catalana que quiere formar una candidatura popular unitaria para llegar al poder y proclamar la independencia; ensalza la figura de Hugo Chávez (¡pobre Venezuela!) y afirma que la monarquía es algo obsoleto, sin sentido, que debe desaparecer.
Lo dice alguien que pertenece a la multisecular Iglesia católica, acepta el papel subordinado de la mujer y disfraza su cuerpo camuflando los rasgos femeninos (como en el Islam).
No soy adicto a la monarquía y pasé felizmente parte de mi infancia en un colegio de monjas pero es hay cosas que claman al cielo (nunca mejor dicho).