Llegó de rebote a la Presidencia de la Comunidad tras los problemas judiciales del delfín y alguna negativa esperada. Pero no quiso ser un simple trámite, un paréntesis; los suyos le han hecho pasar las de Caín pero resistió con dignidad. En su corto período presidencial se mostró crítico con la etapa final de Valcárcel, hizo gestos y declaraciones muy significativos en este sentido.
En Mayo, dentro del PP, se impuso la voluntad- el dedazo- de quien era el “querido líder” y hoy es el “olvidado líder”. Despreciaron la opción seria, segura, tranquila que suponía Garre por otra más dinámica, controvertida y arriesgada que supone Sánchez. El tiempo y los jueces dirán.
Ni una cuestión generacional ni de idoneidad política.La defenestración de Alberto Garre es una venganza personalísima de Valcárcel que no perdona a quien ose discrepar; ni siquiera le han dejado la salida digna del Senado,como ha hecho el PP en otras Comunidades.Los aparatos de los partidos son implacables.
Gracias por el comentario.
Nadie podrá quitarle a Alberto Garre el mérito de haber transmitido a los murcianos un flash de honradez y saber estar, cualidades que algunos ya creíamos perdidas en la clase política.
Si su sustitución ha venido motivada por cuestiones generacionales o de idoneidad política , pues bien , pero si ha sido por una venganza del todo poderoso Valcárcel , mal pinta la cosa