Pablo Iglesias no vive su mejor momento. Su amigo Pedro Sánchez lo ha dejado con las vergüenzas al aire. Lo necesitó y lo utilizó para ganar la moción de censura; ahora lo descalifica sin contemplaciones y lo rechaza para su gobierno. Piensa que en el corral de la Moncloa sólo cabe un gallo.
El amo de Podemos reacciona con su arma favorita, por segunda vez y también por motivos personales consulta a las bases para que ratifiquen sus decisiones. El resultado no es para tirar cohetes: vota un 26% y dice sí un 70%. Dicho de otro modo, de 500.000 afiliados apoyan su propuesta 91.000.
Hará de la necesidad virtud, colocará a la compañera para que sea una gestión ministerial ganancial y se jactará de ser el único que ha conseguido un gobierno de coalición en nuestra historia reciente.
¡Menudo Gobierno nos espera!