Es uno de los personajes más siniestros que han emergido en España desde 2015. Protagoniza una gestión desastrosa salpicada de provocaciones y crispaciones innecesarias.
Decir que es vulgar o analfabeta es hacerle un favor porque su cualidad más destacada es el inconmesurable odio que rezuma contra el sistema y contra casi todo.
Se autoproclamó filósofa por cursar alguna asignatura y con ello ensució la palabra Filosofía. No pertenece a un partido y en su currículum sólo figura el cargo de “activista”. Se impulsó saltando desde la espalda de los desahuciados y hoy gobierna para ocupas, manteros y antisistema variados; lo hace en la segunda ciudad de España, en minoría y con el apoyo de otros partidos (sobre todo, vergonzantemente, el PSC). ¿Cómo es posible y hasta cuándo?