El PSOE está en disposición de crecer con diversas aportaciones:
Lo que pierda Podemos, que cada día exhibe más sus vergüenzas y debilidades. Lo que se estaba llevando CS con propuestas sensatas y su toque antisecesionista que tanto rédito le da en toda España (aquí el PSOE tendrá que afinar su discurso en Cataluña). Recuperar antiguos votantes socialistas que, desencantados con los vaivenes de Sánchez, se refugiaron en la abstención. Incluso algún voto del PP hastiado con la corrupción y que desea partidos serios capaces de gobernar con acierto y garantizar estabilidad.
La paradoja es que el PSOE ha llegado a gobernar con apoyos heterogéneos y peligrosos mientras que ahora necesita otros asimismo heterogéneos pero de signo contrario y más tranquilos.
Es uno de esos temas (como el cambio climático) problemáticos que crecen negativamente y terminará provocando serios conflictos; pero no lo abordamos seriamente, es como si confiásemos en que el paso del tiempo lo resolverá. Además, si al analizarlo te sales del “manual del progre” y dejas la emoción, te llueven los palos.
Desde luego la solución no puede consistir en montar espectáculos como el del Aquarius, tan exhaustivamente narrado por los medios de comunicación
(a Andalucía llegaron muchos más y casi pasó desapercibido).
Todos sabemos que hay que ayudar en los países de origen, combatir las mafias traficantes con contundencia y evitar efectos llamada.
La UE puede hacerlo pero no actúa y se trata de un tema que está socavando la unidad y la fortaleza de Europa.
Entre la seriedad y la frivolidad, entre la consistencia y la levedad, siempre ha habido, hay y habrá diferencias.
Es un acierto el nombramiento del nuevo ministro de Cultura. Un experto gestor cultural con una trayectoria llena de éxitos que, además, es de Pulpí y no tiene twitter.
Promete dedicación, valentía y ánimo de consenso; aunque sabe que será difícil cita esa frase tan nuestra: “en el pedir no hay engaño”.
Reivindica la importancia de las Humanidades y el papel que han desempeñado en la Historia, fija como uno de los grandes retos el necesario equilibrio que debe existir entre ellas y la tecnología.
Esta vez sí se ha elegido a un gran ministro de Cultura. Dará la talla.
Es una palabra que da mucho juego para explicar la trayectoria presidencial de Rajoy si le vas colocando prefijos.
Todo empezó con la SU-cesión, el día que fue designado a dedo por el agorero líder meñique que pronto lo odiaría porque no se plegaba incondicionalmente a sus designios.
Fingió ignorar los lodazales corruptos de Valencia y Madrid pero por dentro iba la PRO-cesión. Al legar a la Moncloa se encontró con una RE–cesión económica y financiera de las que hacen época; la afrontó bien.
Cataluña lo colocó frente al gran problema de la SE-cesión; ni hizo lo necesario ni supo rentabilizarlo, benefició a CS.
Finalmente y tras perder una moción de censura se vio obligado a efectuar una dolorosa CON-cesión: la presidencia del PP y su retirada de la vida política.
No se debe actuar en política, mucho menos formar gobiernos, buscando sólo el efecto mediático porque piensas que se traducirá en votos.
Pedro Sánchez ha nombrado un gobierno impecable y solvente. Pero desde el principio la figura más controvertida ha sido el ministro de Cultura y Deporte. Lenguaraz aficionado a los tuits con los riesgos que eso comporta, casi desprecia el deporte que tiene que gestionar; ya era empezar con mal pie.
Ahora se descubre que defraudó a Hacienda y tiene una sentencia condenatoria; se esfuerza en justificarlo diciendo que otros lo hicieron pero… “aunque el defraudador se vista de seda, defraudador se queda”.
Son motivos suficientes para cesarlo e impedir que lastre a un gobierno que tiene retos importantes por delante.
Poco entiendo de fútbol, pero tampoco es necesario para hablar de la condición humana.
Cristiano Ronaldo será un gran futbolista pero también es un cretino integral, un inmaduro ególatra que se cree imprescindible. No vive en el sistema planetario si no es el sol. Lo de ser divo está bien para deportes individuales y si te integras en un equipo hay que ser más humilde.
Cuando su club vivía un momento histórico de gloria hace unas declaraciones inoportunas con el único fin de distraer la atención porque no había tenido una buena tarde.
Siempre amenazando con su posible salida como chantaje para negociar mejores condiciones económicas.
Es el momento justo, Florentino, aprovecha y échalo. Despido procedente. Os sentiréis mejor los madridistas.
El primer requisito de un partido político es definir su espacio o al menos unos principios básicos con los que enfrentarse a la realidad cambiante.
Parece que no ocurre con el PSOE en Cataluña.
Es verdad que allí todo está envenenado y resulta difícil abstraerse. Pero desde la Socialdemocracia no puede primarse a un territorio y favorecer asimetrías o supremacías de cualquier tipo.
La ministra Batet, nombrada “ad hoc”, pide diálogo y reforma constitucional sin aclarar en qué sentido. Entre la legalidad y la ilegalidad existe poco espacio. Esperemos que no inicie el camino que llevó a otros socialistas como Maragall a instalarse en ERC, donde se sienten más cómodos y andan ofreciendo “nacionalidad catalana” a sus vecinos.
El PSOE tiene que definir de un modo inequívoco cómo pretende aparecer en Cataluña.
Siempre se ha dicho que es una gran virtud política saber medir los tiempos. Y es verdad. Yo creo que un buen líder debe actuar con mecanismos previsores y sentido de la oportunidad, tener claros los objetivos y los momentos idóneos para lograrlos.
Conocemos dos ejemplos extremos. Rajoy era parsimonioso, reflexivo y pensaba que el paso del tiempo podría solucionar algunos temas; a eso debe, en parte, su caída. Rivera es nervioso, ansioso; entre el impulso y la acción no sitúa una fase reflexiva. Las encuestas y las prisas lo han descolocado; lo del chiste: le retiran la escalera y se queda colgado de la brocha.
A ver si Sánchez, pese al poco tiempo que tiene, se coloca en el término medio, actuando como dice el tópico: sin prisas pero sin pausas.
Siendo tan republicano le hace un gran regalo a la Monarquía, recuperando la tradicional figura del bufón de la Corte.
La última mamarrachada que protagonizó frente a la exvicepresidenta, insultándola, no hace más que reflejar la esencia del personaje.
Chulesco, provocador y adoctrinando desde el aula de una Universidad pública a la que degrada; pero eso le deja mucho tiempo libre y no es suficiente para dar salida a sus dos grandes pasiones: el odio y el afán de protagonismo.
Es el único de los fundadores de Podemos que permanece alineado con su jefe, vierte sus ocurrencias en las cadenas de televisión amigas, donde es bien acogido y ejerce como funcionario.
Para admitir que es un representante serio de la izquierda hay que tener mucha imaginación.
Es difícil alcanzar las cotas de indignidad y vileza en las que se sitúa José María Aznar. Cuando el PP vive horas bajas se desmarca diciendo que no se siente vinculado con ningún partido y se ofrece para refundar el centroderecha. Todo eso sin que se le caiga la cara de vergüenza.
Actúa como si fuera ajeno a la corrupción, como si no hubiese hecho la lista de invitados a la boda de su hija, como si no hubiese hecho concesiones vergonzantes a catalanes y vascos, etc.
Esperemos que el ansioso Rivera no acepte su oferta de reestructuración y ni siquiera le dé cobijo en sus filas.
No me importa reconocer que cuando aparece este arrogante hombrecillo en televisión cambio de canal porque su rictus se me hace insuperable.
La Historia lo situará por debajo de su envidiado Rajoy.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.