Lo normal sería que ambos coincidieran cuando el militante se decide por uno de los candidatos que concurren en las primarias del PSOE. La diferencia consiste en que al prestar el aval has de identificarte mientras que el voto es secreto. Puede ocurrir que alguien se sienta “condicionado” y avale a uno pero vote a otro el día 21. Todo puede pasar con una militancia tan intoxicada por el exsecretario que cree estar votando sí o no a Rajoy.
Un buen resultado sería: Díaz, 50%-Sánchez, 35% y López, 15% ( tal vez lo escribo con más deseo que convicción). Así, desaparecería el dinamitero, el partido se iría recomponiendo y empezaría a hacer una oposición seria y creíble frente a este PP empantanado.