En el interrelacionado e interdependiente mundo de la economía ocurren cosas complejas y, a veces, contradictorias.
Si los precios bajan aumenta mi poder adquisitivo pero aparece la temida deflación que significa atonía, poca producción, cierre de empresas y aumento del paro.
A veces baja el precio de la vivienda pero se paraliza el mercado porque se esperan bajadas mayores.
Si bajan los impuestos pero no aumentamos el consumo el Estado recauda menos y no invierte.
Hasta la bajada del petróleo puede provocar disfunciones e inestabilidad en los mercados internacionales.
¿Es posible que algo baje produciendo efectos positivos o hemos de alegrarnos de que todo suba (especialmente los funcionarios de sueldo congelado)?