Ya podemos hacer valoraciones sobre esta nefasta acción política. Hay que recordar que el proceso del Brexit nació como fruto de una torpeza (Cameron), se abonó con las mentiras propias de todo populismo (Farage) y ha fructificado como un sonoro fracaso (May).
Ahora empieza un período transitorio de dos años durante el cual Gran Bretaña seguirá “cotizando”, se mantendrá en la Unión Aduanera y se regirá por una normativa comunitaria en cuya elaboración no participará. A ver si esas penurias los conducen a una rectificación y la vuelta al redil cuando pase cierto tiempo.
Aquí hemos perdido todos: la parte más perjudicada es el Reino Unido pero la Unión Europea pierde a su tercera potencia, lo que evidentemente tampoco es positivo.
Lo de nuestro Gibraltar, mejor no “meneallo”.